jueves, 30 de junio de 2011

diario 16.7.11

Es una lucha entre el desengaño y la esperanza, entre realidades posibles y ensueños imposibles, entre medida y delirio. Pero es la razón la que delira. Cuando se llega a la embriaguez del delirio se hace necesario despertar, volver a despertar. Es el momento hacer memoria, hacer historia, recoger de las tribulaciones y la experiencia.

Los humanos son una especie de mutantes emocionales, tenemos químicamente que mantener unos niveles de serotonina y de dopamina, para sentir que baja el estres, y mimar este coctel emocional.

diario 15.7.11

Paulo Coelho en El alquimista dice que hay un momento en la vida en que es bueno tener un gran sueño porque al final todo conspira a favor de ese sueño, tal vez cuando menos te lo esperas, llega ese momento, y hay que estar alerta. Y todos están conspirando contra nosotros, los seres queridos, los amigos. En realidad porque se confunde el amor con el deseo pero con otro lenguaje a través del hilo conductor se nos comunica. Saramago nos hace presente de ello también en que aunque todo el mundo lo que intenta es hacerte la vida imposible o ponerte tropiezos para esquivarlos, lo cierto es que mágicamente todo conspira o se confabula y es lo que realmente está sucediendo pero no contra nosotros, aunque eso parezca, sino a favor nuestro, a pesar de las penas, de las injurias. Hay también como un hilo mágico que nos sostiene y nos va definiendo y hace que nos unamos y que avancemos sin importarnos los demás, a favor nuestro y también casi inconscientemente del amor.

diario 14.7.11



Este es un amor formado en un fracaso de la realidad inmediata, y que ante él no sucumbre sino que se afirma y extrema y quiere encontrar una realidad que no puede ser vencida, a cubierto de todos los riesgos, aun de los que puede sobrevenirle a causa de nuestra condición. La realidad oscura ha adquirido transparencia, permanencia y sentido, y surge una idea de amor. En estos momentos, sin embargo, estamos en una grave escisión de la vida privada y la pública, de la razón y del amor.

diario 13.7.11

El objeto es algo frente a nosotros, algo que tiene independencia, que se ha desprendido de nosotros y existe desde sí mismo. Al despertar del engaño producido por las apariencias es cuando realmente encontramos los objetos, cosa que, como se sabe, no todos los hombres ni todas la culturas han sabido ni querido hacer.

La flosofía en Grecia elevó la realidad a objeto, más allá de las fantasmagóricas apariencias, en vez de relegarla definitivamente al reinado de las sombras. La historia es este proceso, tan dramático y aun conmovedor. Hay una objetividad en crisis, objetividad quizá muy pulida y acabada por el trabajo del pensamiento, que ya no es el depósito de la esperanza, ni promete ese nuevo engendramiento del que hemos hablado. Son instantes de disolución en que el hombre ya no acepta nada, ni se hace solidario de cosa alguna. No permite que nada permanezca y sea verdaderamente, porque ya no quiere esclavizarse. Y toda objetividad nos esclaviza de algún modo.

Son los más terribles conflictos, éstos que tienen lugar entre la objetividad ya establecida y la esperanza. La esperanza por la que quiere realizarse nuestro inacabado ser. Para llegar a encontrar el conocimiento de la verdadera realidad: la realidad invulnerable. Aunque al fin, la razón y el amor parecen autodisolverse para salvarse a sí mismos de ese modo también.

diario 12.7.11


El alma lo que se entiende por alma humana, ha sido siempre esclava y a la vez no quiere otra cosa. Mientras el hombre no se quede totalmente desalmado subsiste algo de esta esclavitud. El amor también se ha hablado de él como una sumisión. Y sin embargo no podemos permanecer en esta esclavitud. Porque bastaba quedar prendido en la confianza, bastaba esclavizarse en la adoración, para que todo comenzara a animarse, y comenzásemos a recibir mensajeros. Ángeles y demonios son el sentido de las cosas más allá de ellas mismas, la fuerza inexplicable y eficiente, las fuerzas de su estado de pureza y son la pureza y la unidad del ser de cada cosa. Antes de la Filosofía “el mundo estaba lleno de ángeles y demonios”, decía Aristóteles refiriéndose a Thales y el mismo Thales aún creía que todo estaba penetrado de almas.

El que tengamos que ser inexorablmente esclavos de algo, es una verdad encubierta por el horror y por la belleza. Horror y sublimidad que la han encerrado sin permitir que se muestre desnudamente. Ya que en unos casos ha sido atribuida sin más al abuso de poder, a esa capacidad ilimitada de aplastamiento y destrucción de que hace uso el hombre para otro hombre, y que sólo puede fructificar sobre la falta de reconocimiento, sobre el no saberse semejante. En el otro, a la sublimidad del amor, al amor llevado a su extremo, cuyo secreto, según las creencias dominantes se ha interpretado.

Lo cierto es que ambas situaciones extremas se dan sobre la condición humana. Horror y sublimidad. El saberse semejante o el negarse a ser igual. Muchas cosas nos engañan entonces, en ambos extremos, el mundo se ofrece en suspensión y olvido, al mismo tiempo que en su plenitud de máxima riqueza y conciencia, porque nos entregamos.

diario 11.7.11

El amor me ha salvado de la dispersión, en realidad es un trasunto de mi propio amor, del propio conocimiento.

Porque este ímpetu racional es divino ya que hacia lo divino asciende. El amor crea, es ya una idea mística. Por eso es un gran error lo que tantas veces se ha dicho: que el amor místico es un trasunto del amor carnal tal y como se da. Es todo lo contrario: el amor carnal, el amor entre los sexos, ha vivido “culturalmente”, es decir, en su expresión bajo la idea del Amor platónico, que es ya mística. Y en las épocas en que el amor ha sido una fuerza social, en esos brillantes momentos del final de la Edad Media y del Renacimiento, todo enamorado manifestaba su amor en términos platónicos, más o menos, y lo que es más grave: si así lo decía el enamorado era porque él mismo así lo sentía, porque así se lo decía a sí mismo. Y así era. Gracias al platonismo el amor ha tenido categoría intelectual y social. Se ha podido amar sin que sea un hecho escandaloso.

diario 10.7.11

De Bergson comprendo que es difícil, porque quizás lo que él llama las "representaciones" que nos hacemos de la realidad por un idealismo, no pueden excusar de la materia; ni la mente en su extensión puede excusar de la actividad cerebral y del cerebro, en lo que tienen de función orgánica. Pero necesito volver a este lenguaje para explicarme más cosas del mecanicismo humano, de la posibilidad de una libertad, de lo que somos en suma, qué es esto de un cuerpo, y por qué no lo tratamos bien, por qué tanta locura.

diario 9.7.11



Todas las cosas que antes veíamos estaban dispersas, cada una viviendo por sí. Por la belleza se ha logrado esta unidad. El mundo sensible ha encontrado su salvación, pero más todavía, el amor a la belleza sensible, el amor nacido en la dispersión de la carne.

Y ahora, después de leer El Banquete, se presenta la duda de que haya, en realidad, dos caminos de salvación: el de la dialéctica y el del amor, esta otra dialéctica amorosa, esta purificación del alma dentro del amor mismo, sin que sea menester su aniquilación.

diario 8.7.11

Henry Bergson, es uno de los primeros intelectuales que se dan cuenta de que si ha habido algún error en la filosofía racionalista hasta los tiempos ha sido el de separar el alma y el cuerpo como si fueran cosas distintas y no lo son, aun sin caer en un materialismo reduccionista busca conciliar ambos, Spinoza con su mecanicismo universal nisiquiera lo consigue.

“Al lado del cuerpo que está confinado al momento presente en el tiempo y limitado al lugar que ocupa en el espacio, que se conduce como un autómata y reacciona mecánicamente a las influencias exteriores, captamos algo que se extiende mucho más allá del cuerpo en el espacio y que perdura en el tiempo, algo que reclama o impone al cuerpo movimientos ya no automáticos y previstos, sino imprevisibles y libres: eso que desborda el cuerpo por todos lados y que crea actos recreándose a sí mismo continuamente es el “yo”, es el “alma”, es el espíritu -siendo precisamente el espíritu una fuerza que puede sacar de sí misma más de lo que contiene, devolver más de lo que recibe, dar más de lo que tiene. Esto es lo que creemos ver. Tal es la apariencia.” Henry Bergson, El alma y el cuerpo, (Conferencia pronunciada en Foi et Vie en 1912).

Virginia Woolf pensaba que para lo necesario, para la vida de la naturaleza y de los sentimientos, jugaba más importancia el flujo de la conciencia y el discurrir del tiempo a través de la percepción y de su sutilidad en mirar alrededor. El tiempo de un devenir, un dejarse ir. Le daba más importancia al poder de sugerir, porque liberaba ese espacio a su intuición.

diario 7.7.11

El pueblo griego no rechazó la idea del cuerpo cuando San Pablo intentó explicar su doctrina, sino más bien la idea de la resurrección de la carne, esto es lo que no entendió. Sin embargo, sí dice María Zambrano, el pueblo griego necesitaba de alguna idea que le hiciese separarse del cuerpo, de la propia condenación en que la poesía caía, esto no lo rechazó el griego. También hoy la mente, el cerebro, son nuevos conceptos que vienen también a rescatar esta idea, al mismo tiempo que la interconexión que hay entre cuerpo y alma, que es la idea que de nuevo reaparece, y que se inició con la filosofía de Henry Bergson, y que también enlazaba con la forma de escribir de Virginia Woolf sobre el flujo inconsciente de la mente y la influencia de Bergson sobre ella.

diario 6.7.11

María Zambrano expresa así esta idea de la antigüedad clásica: “Si Platón condena las pasiones es sencillamente porque quiere salvar la sede donde las pasiones se asientan, porque quiere salvar el alma. Y de antiguo, parece que germinaba este concepto salvar el alma. Y no ciertamente en los poetas, sino entre ciertos círculos religiosos que ya hemos mentado. Platón parece ser su instrumento, quien racionalizó y por tanto, dio seguridad a estos anhelos, un tanto delirantes. Llevó la seguridad del pensamiento -ser, unidad, idea- a lo que latía como gemido, como ansia irrenunciable en los cultos órficos y dionisíacos. Por primera vez se pensó claramente sobre lo que tan osbcuramente se sentía. Los símbolos se tornaron en pensamientos claros y a los misterios sucedieron las ideas. Matemática y anhelo irracional se unieron por primera vez. Platón hizo teología”.

Mirad este otro texto de María Zambrano: “En el amor está la cuestión verdadera. El amor es cosa de la carne; es ella la que desea y agoniza en el amor, la que por él quiere afirmarse ante la muerte. La carne por sí misma, vive en la dispersión; mas por el amor se redime, pues busca la unidad. El amor es la unidad de la dispersión carnal, y la razón de la “locura del cuerpo”. Así lo da a entender Platón, por dos caminos: el de la belleza y el de la creación. El primero en el Fedro, el segundo en El Banquete. Belleza y creación son la redención de la carne mediante el amor”

El hombre sólo siente el amor como un anejo al sexo pero es al revés, según ello, sería el sexo el que es dependiente del amor, así en una expresión, una caricia, vemos que el amor es quien tiene la fuerza de atraer. Pero lo otro, es el dichoso orgullo masculino, la potencia, la procreación, el sexo, más que nada, pero es el amor que es más que eso, no lo necesita, no quiere hijos y si los quisiera los adoptaría tal vez y no los abandonaría.

diario 5.7.11

El amor se ha salvado por su idea, por su unidad, esto es lo que le debemos a Platón, pero que la religión cristiana hubiera aniquilado todo vestigio de carne por la idea de pecado y de caridad, es así, pero en Platón todavía no se roza esta idea.

Platón muchas veces es malinterpretado debido a su teoría del alma, a su platonismo de las ideas, pero puede ser puesto al mismo nivel que un filósofo antiguo como Lao Tsé, donde la mística y la visión de la idea de pureza en ese momento tiene un componente innovador, mirando también a los ritos órficos y a las leyendas de esa época y rescatando de ellas aquello que se puede poner en conexión con la razón. Platón no rehuye la sede de la visión ni de las pasiones, intenta salvarlas por medio de la idea de unidad.

diario 4.7.11

En Grecia encontramos los oráculos, que nos hablan del alma. ¿Qué son los oráculos en la vida griega? Si la Filosofía de Thales comienza con su pregunta: ¿qué son las cosas?, el oráculo vendrá a llenar la necesidad de esta otra pregunta: ¿Qué soy yo?, ¿cuál es mi destino?, ¿qué tengo que hacer ante tal o cual situación? Y vemos hasta a Sócrates consultando el oráculo de Delfos, le oímos escuchando su “daimon” interior. Iban los griegos a consultar al Dios también habitante del santuario, breve templo que no separaba a la deidad del paisaje que rodeaba; preguntaban al Dios y se entregaban a una orgía de purificación. El alma griega, cuando comenzaba a sentirse separada del cosmos, acude en los misterios de Eleusis y en culto a Dionysos buscando una reconciliación, con la esperanza de librarse de sus dolores; también con la alegría de quien se reencuentra con sus orígenes. Orgía, purificación, abandono por un momento de los dolores de la soledad.

Esto contrasta con el romántico, que, por el contrario, no pretende sumergirse en lo dionisíaco de la naturaleza, sino que se enlaza con lo plástico de ella. Busca el ímpetu, sí, pero en la figura traspasada por él. Busca llenar su alma con la naturaleza, para dejarla empapada como en esas noches de luna, que tanto gustaban describir. Pero el oráculo significaba otra cosa en su dirección de la “catharsis” órfica y de la orgía. Era más bien una ansiedad del alma por lo racional, una esperanza de salir de la duda más que de librarse de los dolores, de resolver la indecisión del individuo ante los asuntos de la vida: un afán de conocerse para saber qué hacer. Precursores del “conócete a ti mismo” socrático. Mito órfico, orgía de purificación, todo se vuelve a repetir en la historia.

El alma que siempre creemos que tiene un trasfondo sólo religioso, pero tiene unas raíces anteriores, que están en la naturaleza, donde la razón no llegaba, la razón funda la libertad de su carácter trascendente, y entre el yo del idealismo y esa parte del cosmos que entrelazaba con el hombre quedaba algo que se llamó “psique”. De aquí extrae Platon su "teoría del alma" de donde surgirá el concepto platónico de amor.

miércoles, 29 de junio de 2011

diario 3.7.11

Nuestros cerebros son muy adictivos, y vivimos en unos momentos en que no se piensa que exista una persona especial para nosotros, cuando tenemos que buscar pareja, por eso cada vez nos conformamos con los sucedáneos, pero tampoco hacemos nada por comprometernos de esta manera, suponemos que todo tiene un componente de adicción, incluso el desamor tiene también este componente y es eso lo que nos mantiene, y hace o suple el efecto del amor. Hay muchas formas de buscar, también hoy por internet, yo creo que cuando he sentido la necesidad de buscar el amor lo he encontrado pero no siempre ha sido el adecuado. Precisamente porque lo he buscado con ese apremio o porque no había otra mejor oportunidad. Al final parece que hay como un vértigo donde uno de los dos dice que no quiere comprometerse, ni quiere cumplir esas expectativas del otro.

El amor está al margen de todo lo demás, tiene otra vida propia, tiene su propio lenguaje, y lo tenemos que descubrir, cueste lo que cueste. Y no es blandenguería ni nada ficticio. Alumbrarlo es pensar que todo es deseo y llega a ti desde lejos. No es lo que Proust busca en la frivolidad de los salones, lo de ficticio, esa gente que sólo le preocupa la elegancia o la falta de elegancia de algunos, porque el amor y la carne están al margen de cualquier idioma.

diario 2.7.11

Sentimos amor pasional cuando conocemos a una persona que refleja aquellos elementos que no expresamos de nuestra personalidad. Los hombres se enamoran de una mujer que refleja su ánima, o lado femenino oculto. Las mujeres se enamoran cuando conocen a un hombre que refleja su animus, es decir el lado masculino oculto de su personalidad. Conocer a nuestra ánima o nuestro animus nos hace sentir completos, como si por fin hubiésemos conseguido algo que nos ha faltado toda la vida.

Yo intento asimilar o expresar aquello que amo en el otro, y que me cuesta manifestar por mí misma, es un modo de integrar lo oculto en mí. Intentamos o necesitamos sentirnos completos, aunque la realidad probablemente rompa esta magia y la fantasía que inventé. En este caso, todavía no, pero intentaré empezar de nuevo, no para repetir el error, sino para integrarlo en mí.

La proyección es donde yo me reconozco en el otro. Porque reconozco un elemento de mi personalidad en el otro. Imagino algo pero sólo es un deseo tierno, tal vez no se identifica o se revela como igual. Pasan los años y no llega la persona adecuada, porque siempre hemos estado inventándola. Es como el amor no correspondido tantas veces en la adolescencia. Él se aleja si me interesa, o bien tiene fantasías absurdas si yo no le hago caso. Porque esto es más fácil. Pero yo ya no soy una adolescente, sino que quiero una relación más sincera y compartida, se necesita también aprender a expresarse, porque esto es muy importante para mí, la sinceridad, la espontaneidad. En cualquier caso, ya no seré dependiente sino complementaria de él.

diario 1.7.11

La intimidad del otro me asusta como a muchos adolescentes y a bastantes adultos. Me resulta más seguro enamorarme de mis proyecciones, pretendo que el otro sea exactamente lo que yo quiero que sea, no existe una intimidad real porque evito no ver partes que me asustan o me desagradan de mí, pero todo sale a la luz en una relación íntima, mi debilidad, mi inmadurez, mi inexperiencia. Y si yo me convierto en la proyección de él me escondo porque así probablemente no deje nunca de quererme. Este es como nuestro mundo inventado, demasiada fantasía proyectada me destruye, sin embargo, pongo una mirada objetiva o una dosis de humor porque no puedo ver las cosas en perspectiva.

diario 30.6.11

A veces el corazón tiene heridas lentas de difícil curación, pero cuando el dolor es como una llama, la llama no es de dolor sino de felicidad, ¿no te parece? Para salir de imposibles dificultades, es como una luz que da consuelo, creo que debemos de buscar esa luz en el dolor, también. El amor... eso duele, duele y duele.

diario 29.6.11

Nos empeñamos en repetir errores, en caer en esquemas. Y esto es una respuesta en base a algo que nos preocupó del pasado, nos dolió cuando éramos pequeños. Y creamos una respuesta tipificada, repetida en la vida. Y no somos amados, por ejemplo, o todo el mundo nos abandona, somos presa del abandono de los demás. Y estos sentimientos repetitivos me hacen perder la tranquilidad, la paz, porque no los controlo. Es algo mecánico, inconsciente, que me provoca una reacción fuerte. A veces, por eso, no sé estar sola, porque prefiero sacrificarme antes de estar sola. Y no elijo bien. Pienso que a nadie le importo, ni mis necesidades. Y me vuelvo exigente.

Y o te resignas o te rebelas casi agresivamente. Para que no te sometan o te manipulen. A veces lo que intentamos es contentar al otro. Son respuestas diversas. Pero realmente ni me comprometo nunca, que es lo que pasa, ni me implico, ni me enfrento al sentimiento de resentimiento que hay en el fondo de todo esto, cuando nos sentimos presas de un esquema de dominación. Tenemos que ser asertivos con nuestros deseos, es decir, saberlos expresar. Y a veces los demás se sorprenden si les hacemos una petición, piensan que no tenemos necesidades, tal vez, porque nunca se las hemos manifestado antes.

Las emociones se nos disparan como un mecanismo de alarma, pero debemos entenderlas, no se trata de confundir el dolor con el placer, sino de saber conmutarlo, la gente no es ángel ni demonio, dominador o sumiso, al cien por cien. Tengo que ir trazando mi propio esquema. Y lo que necesito es ir conscientemente contra ellos porque son respuestas automáticas. Yo creo que estas respuestas matan muchas veces la capacidad de amor y de espontaneidad. Hay una parte luminosa y quiero sacarla afuera de mí, no vivir de espalda a ella. Y nosotros somos los únicos que podemos cambiar, los demás te pueden ayudar, abrir una puerta o una ventana o dar alguna indicación. Te pueden dar este destello en el que dices: "Ah, pues sí esto ya no tiene ningún sentido para mí".