viernes, 26 de agosto de 2011

epílogo II, el círculo hermenéutico


Gadamer pudo sustituir los conceptos relevantes de la hermenéutica tradicional, “alétheia”, “iluminación”, “apertura”, “ser ahí” (en Dilthey, Heidegger), por conceptos temporal-ontológicos, de su teoría del "acontecer", tal como, el concepto de la "comprensión": como un “entrar en el acontecer de la tradición”, la “aplicación de la comprensión como una prosecución de la tradición”, el “círculo hermenéutico” como un “poner en juego los prejuicios” en el modo de la “fusión de horizontes”, y por último, lo reunió con el concepto de "acontecer": como “conciencia de la historia efectual”.

Comprender en el acontecer temporal significa para Gadamer que comprender no es comprender mejor, ni en el sentido objetivo de saber más en virtud de conceptos más claros, ni en el de la superioridad básica que posee lo consciente respecto de lo inconsciente de la producción. Bastaría decir que cuando se comprende, se comprende de modo diferente.

Nosotros en tanto que seres finitos e históricos comprendemos de facto el interpretandum en cada situación de modo diferente. Es decir: siempre de un modo diferente de como fue pensado. Este sería el comprender temporal de la “fusión de horizontes” para Gadamer, de ahí que la autoridad de la tradición cultural queda en entredicho. En Heidegger y Platón el desocultamiento del ser en el pasado se ve como destrucción o torsion de esa historia. Pero en Gadamer se ve como algo diferente.

En Virginia Woolf, esta teoría del acontecer queda explícita, en su manera de escribir captando el flujo de la conciencia. De ahí que hemos hablado de un giro hermenéutico de la filosofía pero que influye en la manera de escribir de los autores modernos literarios, de alguna manera. El flujo de la conciencia Virginia Woolf lo asume captando lo pequeño por encima de lo que tiene tanta importancia o significado, dando un sentido diferente a la comprensión del mundo, dependiendo de esa fusión de horizontes, de su sucesión con los hechos, según el pasado y su historia, de acuerdo con los personajes que la rodean. Todo esto está en relación con el concepto de "comprensión" en la filosofía hermenéutica, concepto que hace posible la objetividad del mundo a través del sujeto y de su historia. Es como si el existencialismo de Kierkegaard y de Heidegger se fusionasen ahora con la fenomenología del objeto, de Kant y Husserl.

Estas normas que se resumen en el a priori contingente de la facticidad, junto con la “precomprensión del mundo” y el “acuerdo” social son también siempre ya reconocidas por todo ser humano finito.

Esto es propio del discurso filosófico, las necesarias presuposiciones existenciales y de reglas, es decir, que no pueden negarse bajo pena de contradiccion performativa. Pertenecen a la “preestructura” del “cotidiano ser en el mundo” (del “mundo de la vida”) en el sentido de Heidegger y Gadamer (y de las “formas de vida” del último Wittgenstein). Pero sobre todo a lo que pertenecen, según la filosofía última de Karl O. Appel, es a la “preestructura” de esa reflexión sobre la “preestructura” de “cotidiano ser en el mundo”.

Sí, porque Wittgenstein habría tenido que dar alguna respuesta a la pregunta de cómo -es decir, en virtud de qué juego de lenguaje “sano”- le es posible a él mismo “curarnos” de los juegos de lenguaje filosóficos que “discurren en vacío”. O Heidegger no habría podido reducir la comprensión del mundo, a un “acontecimiento apropiador” (Ereignis) de la historia del ser. Tendría que dar la vuelta a su propio lenguaje. Ellos mismos estaban creando otra metafísica, aunque diferente.

Los juegos del lenguaje wittgeinsteiniano son un sentido originario de esa verdad, para Wittgenstein el “juego del lenguaje” sería el origen de la condición de posibilidad de la validez de un discurso. Y éstos a su vez son posibles solamente dentro de una “forma de vida”. Pero para Heidegger el origen del pensamiento no está en un juego linguístico, sino que está en el acontecimiento del tiempo, es decir, en el acontecimiento de la formación de la “diferencia”.

Para Wittgenstein los paradigmas “inconmensurables” de la ciencia y de su posible progreso aparecen como los juegos de lenguaje, en tanto que partes de “forma de vida”, y están entretejidos con “actividades” y con formas de interpretación del mundo válidas a priori.

En Wittgenstein, el concepto wittgensteiniano de “forma de vida” es el concepto de forma de vida orientada hacia un mejor entendimiento de lo que significa la "interpretación", que deberá comprenderse no sólo como fenómeno semántico, sino sobre todo como fenómeno "pragmático" perceptible en el contexto de una forma de vida determinada. “El análisis del lenguaje es el análisis de la forma de vida”, nos dice. “Así podemos entender nuestra vida, cuyos actos componen nuestra forma de vida”.

Una "forma de vida" es siempre de alguna manera y en cierta medida una materia común. Es específicamente una forma de vida. Un individuo no puede desarrollar por sí mismo una forma de vida completamente privada, una representación del mundo y un lenguaje propios. Haciéndolo se aislaría a sí mismo de la interacción social. Es el aspecto común de la forma de vida lo que hace que la comunicación -y a través de ella, la interacción- sea posible. Este concepto por eso lo que hace es confrontarnos con el de la posibilidad de la validez intersubjetiva de las normas, y por tanto de la racionalidad e intersubjetividad de las normas.

La hermenéutica lo que abre es una “precomprensión” determinada por principios, donde la “historia efectual” de tradiciones de autoridad o contenido normativo ante este recurso le obliga a apropiarse críticamente de una historia institucional en la que la razón práctica puede reconstruirse hacia el futuro. No se trata de un realismo ingenuo que no quiere obedecer o reconocer las normas, porque la realidad tiene colores, el color es una cosa que existe, más allá de lo percibido. No se trata de ver la realidad independientemente de lo percibido, sino de percibirla, yendo más allá, con la percepción y con la tradición. Ni se trata sólo de un positivismo tampoco, que se basa sólo en un procedimentalismo y no en cuanto a contenidos de la norma.

Esto es lo que el filósofo alemán Karl Otto Apel ha llamado el principio de "autoalcance de la reconstrucción" de la metafísica y, por ende, de la historia.

Y lo es también sobre las condiciones de posibilidad de la validez intersubjetiva de la comprensión o, en general, del conocimiento, las condiciones trascendentales de posibilidad del comprender válido o no válido; pero no de todo intento humano de comprender.

Ciertamente mediante el análisis de ejemplos se puede oponer un eficaz correctivo a los prejuicios apriorísticos y las generalizaciones precipitadas de la filosofía sistemática.

Pero la pretensión específica de validez de toda proposición filosófica también de las proposiciones en que se sustenta la crítica del lenguaje o del sentido, en sí mismas no son verificables. Pertenecen a la prerreflexión del lenguaje. Ni siquiera pertenecen a una intuición o a un lenguaje pre-racional como se ha dicho, aunque pueda sostenerse así de alguna manera para entendernos. Esto es un criterio último tradicional, prerracional, es decir, de una Ética religiosa, ni se lo puede resolver en el sentido de Weber o de Popper, mediante una combinación de investigación racional de las consecuencias, despojadas de valoraciones, y una decisión valorativa irracional.

Volvamos a Heideger, para volver a ver este elemento originario en esa metáfora, que él llama iluminación, o elemento desocultador, como una vía de acceso:

El relativismo diacrónico que surge inmediatamente de la “iluminación” epocal del mundo en Heidegger, surge de la reinterpretación radicalizadora que, desde la historia del ser, sufre el concepto, relativo al “ser ahí”, de verdad como “apertura”. Estos dos grandes filósofos, tanto Heidegger como Wittgenstein, son los dos grandes destructores de la metafísica occidental o autosupresores de la filosofía, porque ésta se inventa en el vacío. No obstante, esto parece una aporía de la metafísica porque ellos mismos vuelven a construir otro lenguaje parecido. El concepto de iluminación del mundo de ocultamiento desocultador (a-létheia) podía servir como un “concepto de verdad originario” pero no obstante Heidegger lo que reconoce es que debe ser adecuado con algo previamente, y que en todo caso lo que hace este concepto es que pone en “libertad” una dimensión que precede sistemáticamente al concepto tradicional de verdad, puesto que se trata de una condición de posibilidad de los juicios o enunciados adecuados e inadecuados sobre lo ente. Pues bien las condiciones de posibilidad intersubjetiva también dependen de aquí. Lo asombroso de todo esto es que el logos pueda pensarse a sí mismo, seguimos creyendo también aquí. Que las mismas condiciones de posibilidad puedan pensarse, lo cual introduce un pensamiento autorreflexivo originario también, aunque esto vendrá después y se discutirá en la filosofia crítica de Apel y Habermas.

Con frecuencia se considera que esta caracterización -de la iluminación epocal de Heidegger- es una tergiversación, una consecuencia de un pensamiento que sigue siendo él mismo metafísico, que no entiende todavía adecuadamente el nuevo punto de vista “más allá del relativismo y del objetivismo”. Antes bien la iluminación de Heidegger se puede entender como una apertura lingüísitica del mundo que libera originariamente el horizonte de sentido para las posibles preguntas de la ciencia y los juicios adecuados o inadecuados. Y se hace patente la convergencia entre el modo de mirar hermenéutico-lingüístico de Heidegger y el analítico de los juegos de lenguaje de Wittgenstein.

epílogo I, el concepto de amor en Kierkegaard

La imagen de la angustia, con su inmediata consecuencia el poder, está diseñada insuperablemente por Kierkegaard en su libro clásico, "El Concepto de la Angustia". Dice así en el capítulo titulado “El concepto de la angustia”: “La inocencia es ignorancia. En la inocencia no está el hombre determinado como espíritu, sino psíquicamente, en unidad inmediata con su naturalidad. El espíritu en el hombre está soñado. En este estado hay paz y reposo; pero hay al mismo tiempo otra cosa, que, sin embargo, no es guerra ni agitación -pues no hay nada con que guerrear. ¿Qué es ello? Nada. Pero, ¿qué efecto ejerce? Nada. Engendra angustia. Este es el profundo misterio de la inocencia: que es al mismo tiempo angustia. Soñando proyecta el espíritu de antemano su propia realidad; pero esta realidad es nada; y la inocencia ve continuamente delante de sí esta nada. La angustia es una determinación del espíritu que ensueña y pertenece, por tanto, a la psicología. En el estado de vigilancia está puesta la distinción entre mi yo y mi no-yo; en el sueño está suspendida, en el ensueño es una nada que acusa. La realidad del espíritu representa siempre como una forma que incita su posibilidad; pero desaparece tan pronto como él echa mano a ella; es una nada que sólo angustiar puede”.

Ignorancia del bien y del mal, ignorancia de la existencia, que aparece en la plenitud de su posibilidad, como una sombra poblando de presentimientos infinitos la blancura desierta de la inocencia. Después Kierkegaard sigue el texto de la caída de Adán y Eva según el Génesis y en una palabra sólo descarga la angustia: “La prohibición -dice Kierkegaard- le angustia, pues la posibilidad despierta la libertad en él: lo que por la inocencia había pasado como la nada de la angustia, ha entrado ahora en él mismo y surge ahora de nuevo una nada: la posibilidad angustiosa de poder. Adán no tiene ninguna idea de qué es eso que puede... Se le exige la posibilidad de poder, como una forma superior de la ignorancia y como una expresión superior de la angustia, porque este poder en sentido es y no es; porque ama y huye en sentido superior”. Y unas líneas más tarde: “La infinita posibilidad de poder que despertó la prohibición, se acerca más porque esta posibilidad tiene por consecuencia otra posibilidad”.

Sueño. Angustia ante la totalidad presentida, ante el infinito de la libertad. Y caída en el poder...

Todo gira en torno de la entrada de la angustia en escena. El hombre es una síntesis de lo psíquico y lo corpóreo, pero una síntesis inconcebible cuando los dos términos no son unidos en un tercero. Este tercero es el espíritu... Hoy día lo podemos llamar, la mente o lo mental de él.

Kierkegaard no emplea la palabra poder en el sentido de poder de dominación, sino en el sentido de la posibilidad de un ser que despierta al tiempo que cae, es decir, que cae en su propia existencia desde el sueño inocente en que yace, mientras todavía no es él; mientras todavía no ha salido del seno de Dios o de la nada. Angustia; presentimiento dentro de la nada, de la caída de la propia existencia, del despertar en el pecado de ser uno mismo.

La vida es sueño lo dice más claramente, más plásticamente al menos con su imagen central de la vida como un sueño. Todo es sueño, menos el “obrar bien que ni en sueños se pierde”. Pero en el poeta la vida es el sueño y en el filósofo, el sueño es la inocencia, y la caída es el despertar a la libertad. En los dos la libertad es lo único real. Libertad además de real, absoluta, en Kierkegaard, puesto que reduce el pasaje bíblico a un suceso interior al hombre, y las palabras de Dios es Adán quien se las dirige a sí mismo.

En la angustia, decíamos, se abre paso la persona. El “espíritu”, dice Kierkegaard; la “existencia”, Heidegger. Mas, ¿de qué modo? Ni Kierkegaard, ni nadie de los que han hablado de la angustia, trazan el momento del amor. Sólo el temor aparece. Y no hay amor porque no hay tampoco ninguna presencia, ningún rostro. La infinitud del poder y de la libertad sin límite alguno, porque el límite tendrá que estar puesto por algo, por alguna cosa. En la angustia, no existe el otro.

No saldría el hombre de ese sueño de la inocencia, si no es por la angustia. Angustia llena de amor -decimos nosotros- y no de voluntad de poder, que le lleva hasta la creación de su proyecto.

De ahí, el que la metafísica moderna se nos aparezca siempre como después de haberle sido extraído algo. Y el hombre que esa metafísica diseña, un tanto vacío, un tanto deshumanizado, o, tal vez, no divinizado a fuerza de querer divinizarse. Porque la embriaguez de la libertad, acaba con los límites; y los límites nos lo traen la presencia de las cosas, de los seres, del mundo y sus criaturas y aun del hacedor de todas ellas. La libertad absoluta, con la ilusión de disponer enteramente de sí, de crearse a sí por sí misma, acaba borrándolo todo. “La angustia es el vértigo de la Libertad”.

Este texto lo he basado en un estudio a su vez de la filósofa española María Zambrano acerca de la figura de Kierkegaard. Ella eleva este concepto de angustia, a través del sueño y de la libertad del espíritu del hombre a su verdadero ser, pero a su vez, nos dice que se puede abrir por otro camino, no el de la angustia y el concepto de poder, sino el de la angustia y el concepto de amor. Para esto también se basa en el estudio de Max Scheler, y su concepto del "ordo amoris". Para ella este concepto es mucho más esperanzador, porque para Scheler el orden del corazón no está lleno de confusión o de temor, es simplemente un orden o un camino que vamos trazando con la ayuda del corazón.

diario 4.10.11

Creo que nunca he sabido ver bien el amor, ahora sé que ha habido sacrificio y renuncia y que todo se ha convertido en alegría y necesidad de compartir.

"Se hunde la sierpe en el suelo como absorbida por alguna hendidura, por alguna de esas grietas por las que la tierra muestra ser al par ávida y madre; una madre que no siempre deja salir lo que traga. La tierra tiene bocas, gargantas, hondanadas y desfiladeros que solamente cuando se les ve allá abajo el oscuro fondo se sienten como abismo, lugar de caída y de despeñamiento; si no, lo que por ella desaparece parece haya sido llamado para ser guardado y, en último término, regenerado. Y si es eso que repta, parece que vaya a salir por algún otro lugar, irguiéndose irreconociblemente blanco y consistente, logrando al salir nuevamente de la tierra el cuerpo nuevo que en su reptar andaba buscando, extenuándose en ello, dejando la piel, su valía después de todo, su piel manchada, estigmatizada por sombra y luz." María Zambrano

A veces pues caemos en estos rincones que tenemos furtivos, es la necesidad de la sierpe que tenemos, que es decir tierra, anhelo de caer, de sentir que hay una base en nuestros pies. A veces es algo depresivo, es anhelo de madre, puede ser algo de una psicosis enterrada, a la que debemos desenterrar, pero siempre está este apego por saber dónde pisamos, es nuestra tierra madre, y es oscilante, es un movimiento giratorio, ondulatorio, reptil, porque venimos de ahí, de los anfibios, los peces, somos híbridos, de agua y tierra. María Zambrano lo describe muy bellamente.

miércoles, 3 de agosto de 2011

diario 3.10.11


Y nunca, nunca darse por vencida. Y lo que sucede es que la mujer que es emocionalmente dependiente o se ha acostumbrado a ser conquistada de esa manera, necesita todavía de esa conexión. Pero una vez conquistada está entregada y es la otra persona la que se sube por encima y exige una condición superior o empieza a juzgarnos, creyendo que puede obtener así satisfacción.

Y otras veces conoces ya a una persona y vuelves a caer en patrones, en casi siempre orgullos no reconocidos o resentimientos anteriores, y no termina de corregirse. Nuevamente no hay equilibrio en la relación, necesita uno imponerse sobre el otro; no hay clara propiedad nunca del suelo que se pisa o del territorio, siempre nos hacemos o seguimos haciéndonos daño, aunque sea inconscientemente. Lo mejor es separarse de estos patrones de conducta y buscar nuevos modelos que los hay. Casi siempre uno baja las defensas al empezar una relación y es normal sentirse vulnerable, pero después debe aprender a seguir sin resentimientos y sin sentir que le pisan el suelo o que tiene que estar justificándose. También son perversas las distancias que se ponen porque no viven en lo real dos personas que tienen miedo de acercarse, porque otras veces las distancias son necesarias y vienen a significar justo un equilibrio pero hay que saber trazarlas de forma que la relación siga existiendo con un significado.

diario 2.10.11

Los rígidos esquemas personales, por Elsa Punset

Muy a menudo la gente se empeña en repetir errores, esquemas, distintos tipos de esquemas, y sobre todo en estas épocas como las de vacaciones en que las personas pasan mucho tiempo juntos.

Los esquemas personales son en realidad como patrones emocionales, como un piloto automático que se nos enciende, en respuesta ante la vida, y entonces realmente lo que es interesante es por qué desarrollamos estos esquemas. Y lo único que es un esquema es esta respuesta en base a algo que a lo mejor nos preocupó, nos dolió cuando éramos pequeños. Y vamos a hablar de los distintos esquemas que hay: falta de amor, abandono, desconfianza, etc. Bueno, pues creamos una respuesta digamos tipificada, repetida en la vida y realmente es curioso porque este argumento de vida pues de alguna forma se repite a lo largo de toda nuestra vida. Y es un papel que interpretamos con todo tipo de personas, con los amantes, con los padres, con los amigos, en el entorno laboral. Y pues es tan importante por eso detectar ahora de qué esquema podemos ser presa. Y es fácil se presa de un esquema.

Claro, si nos convertimos en algo esquemático, pues ya somos absolutamente obvios, absolutamente reconocibles y tal vez vulnerables.

Claro, porque no controlamos nuestras respuestas a la gente, y aquí hay algo muy interesante con los esquemas. Los esquemas son un círculo vicioso ¿no? Se desarrollan en torno a una necesidad que tú tenías de niño, que tenías de joven, que era muy profunda. Necesitabas amor, necesitabas protección, pero de alguna forma hemos aprendido que tenemos que protegernos, que no recibimos estas cosas que necesitamos profundamente, y que tenemos que protegernos del hecho que probablemente no vamos a recibirlas. Y bueno, pues hay ejemplos típicos. Es la mujer que necesita tener una comunicación íntima con su marido, pero tiene la actitud opuesta hacia él porque piensa que él no le hace caso y lo que va a hacer es provocarle, en vez de crear una situación favorable, lo que hace es rechazarle. Y no consigue resolver el esquema básico.

El tema de la terapia de esquemas lo desarrolló un psicólogo americano que se llama Jeffrey Jung y lo han retomado muchos psicólogos porque es una terapia muy eficaz, pero en realidad gran parte de esto es sentido común, es ver vivir a las personas y ver cómo repetimos esos patrones. Es simplemente y yo creo que se trata de saber que todos tenemos respuestas automatizadas, el problema es solamente cuando te hacen perder tu tranquilidad, te hacen perder tu paz, y activamente pues sentimientos y comportamientos repetitivos que tú no controlas. Entonces yo creo que es una forma de darte cuenta cuándo estás siendo presa de un esquema. De alguna forma es algo inconsciente pero tú tienes que reconocer que provoca en ti una reacción fuerte y que tú tienes la sensación de que no controlas aquello y de que ya lo has vivido.

Bueno, pues eso probablemente es un esquema que tienes ¿no? ¿Todos los esquemas son malos? Pues no. Por ejemplo, el esquema del perfeccionista, es el fruto de un niño al cual sus padres le han dicho que vale por lo que hace y que todo lo que hacía nunca nada era suficiente. Siempre aquello de “está bien pero hazlo mejor “, “nunca nada es suficiente “. Bueno, este niño ¿qué aprende cuando es adulto? Pues aprende sencillamente que tiene que esforzarse muchísimo y que nada de lo que hago es suficiente. Eso es tremendo vivir con esto. La parte buena que tiene ese esquema, por ejemplo, es que por supuesto logras tus metas generalmente. Hay muchos triunfadores digamos que tienen este esquema del perfeccionista, que necesitan que los demás reconozcan que hacen las cosas bien, pero claro ¿cuándo un esquema se convierte en un problema?

Pues cuando el resto de tu vida no importa, sólo importa esta especie de piloto automático, de motor que te lleva por dentro, que te obliga a querer triunfar para probar a los demás que vales algo y que de todas formas no vas a sentir nunca que vales algo por ello.

Y además el perfeccionista agudo acaba convirtiendo en un fracaso aquello que de cara a los demás no es un fracaso, pero él lo vive como tal.

Es realmente interesante ser consciente de estos esquemas para no vivir con ellos, yo diría que es la única forma en esta vida que requiere una evolución, una transformación permanente de lo que somos, porque si estás estático en esta vida es una forma de morir ¿verdad? Y entonces realmente el lograr poner el dedo en la llaga de las cosas que te hacen tropezar cada vez en la misma piedra, que son las clásicas, los casos más clásicos, no es un invento de repente de los últimos treinta años, son las cosas que han pasado a los humanos todo el rato porque son las necesidades básicas de amor, de reconocimiento, de seguridad, de respeto. Entonces si has fallado o te han fallado en alguno de esos esquemas evidentemente desarrollas esta respuesta inapropiada.

Ponemos por ejemplo otro esquema. Por ejemplo el de la desconfianza. Claramente un niño que ha sido, del que han abusado, bueno, pues este niño cuando sea mayor le va a costar muchísimo confiar en los demás ¿no? El por qué en principio ha desarrollado esta desconfianza enorme hacia la gente, pues porque han abusado de él, era una forma de protegerse de los demás, no confiar en los demás. Pero cuando eres adulto, si no confías en personas de las que sí deberías confiar, pues claro te crea una vida absolutamente tremenda. Eres presa de un trauma de infancia ¿no?

Vamos viendo un poquito los esquemas básicos que tenemos, a ver qué territorio pisamos. Si te reconoces en alguno no te sorprendas ¿eh?, porque lo normal es que tengamos tendencia a uno de estos esquemas de los que vamos a hablar. Es como cuando te cuentan una enfermedad y llegas a pensar que tienes todos los síntomas.

Vamos a reconocernos en muchos de estos esquemas, el problema es cuando son patológicos, cuando no son una respuesta sana sino patológica.

El primer esquema es el esquema del abandono, las frases básicas que decimos, que pensamos, cuando somos presa de un esquema: “ Siempre me abandonan “ . Tememos que las personas que nos rodean nos abandonen y a lo mejor el abandono original que originó este esquema pues fue simbólico, fueron padres que eran muy fríos, muy distantes, mudanzas incesantes, muertes, divorcios, los niños que tuvieron ese tipo de abandono simbólico o reales en su vida tienden hacia este esquema y son gente que son un poco -tú sabes los patitos que salen a nadar y pierden a su madre y luego sienten pánico- bueno pues estas personas tienden a sentir esa emoción.

Entonces, ¿qué suelen hacer? Hay estrategias ante cada esquema, estrategias básicas: pues agarrarse más a lo que temes perder, muy a menudo, ves gente que se agarra como una lapa y eso claro hace que los demás quieren huir aún más deprisa.

O lo que haces es que eliges a alguien que en el fondo no te va a dejar nunca pero que no es adecuado para ti, pero prefieres sacrificarte a ti mismo, porque es una cuestión de supervivencia, quieres que no te abandonen por encima de todo. Pero entonces es contraproducente, es que el esquema es un círculo vicioso, por eso es importante romperlo.

¿Qué podemos hacer cuando tenemos este esquema? Básicamente tenemos que llegar a comprender que podemos estar solos y que podemos estar bien. O estos conceptos, soledad y estar bien, no están reñidos, pero las personas que tienen este esquema en el fondo muy profundamente, inconscientemente, piensan que no es así, que necesitan tener alguien al lado para no sentirse mal, para no sentirse abandonado. Y que es el fracaso de su vida. Cosa que todos hemos conocido: “No me quiere nadie“. Es tremendo, o “siempre me abandonan”, muy duro.

2) Luego tenemos otro esquema que es el de la privación, la carencia, y aquí estamos hablando para que se reconozcan de niños en que probablemente tuvieron padres que no tuvieron tiempo, no tenían interés para escuchar a este niño. Y entonces este niño tiene la sensación de que nadie quiso estar a su lado, que sus necesidades emocionales no importan. Entonces este niño lo que se dice a sí mismo y este adulto, la frase, el leitmotiv que se repite es: “ A nadie le importan mis necesidades”, y esto es muy curioso, porque hay bastantes personas que en el fondo actúan como si eso fuese así. Y tú haces realidad aquello en lo que crees profundamente, curiosamente ¿por qué?, pues porque tiene estas respuestas automáticas, estas estrategias frente al esquema y en el esquema de la privación de amor, a ti siempre te parece que la gente no se preocupa por ti y entonces hace varias cosas. Algunas personas se vuelven muy exigentes y esto echa a la gente atrás, exiges, pues yo merezco que me hagan caso, que me digan y uno se pasa. Es muy difícil ser equilibrado cuando eres presa de un esquema.

O entonces otra estrategia muy común es empeñarte en intentar agradar al máximo pero como nunca hablas de tus necesidades, pues la gente piensa que no las tienes, porque somos todos muy cómodos ¿no?, con las personas que se preocupan mucho, que se cuidan mucho, piensas que en el fondo eso está bien así. O hay personas que también lo que hacen es dedicarse a mimarse con muchas cosas materiales para intentar compensar esta sensación de que los humanos no van a cuidar de ellos, es decir, que hay muchas estrategias ante ese esquema.

Pero la frase que les debería sonar es: “ A nadie le importan mis necesidades “. Ese es el esquema de la privación -para que se encienda la alarma-.

Como antídoto que intentan pensar si es cierto que los demás siempre intentan utilizarlos, porque a menudo es la sensación un poco que tienen las personas que tienen este esquema y que tienen que aprender a comunicar sus necesidades. Que digan dos o tres cosas que son realmente importantes para ellos a los demás y verán que los demás probablemente pondrán cara de sorpresa, porque ni se lo esperan son personas que no suelen comunicar necesidades.

3) Luego hay otro esquema interesante que es el de “ dominación “. Es decir, que te dejas dominar por otra persona y de nuevo aquí este esquema nace cuando tú piensas que tus necesidades nunca tienen prioridad porque tus padres probablemente te decían siempre lo que tenías que sentir, lo que tenías que hacer, y bueno pues son padres muy autoritarios, que han utilizado desde la violencia abierta hasta la manipulación encubierta. Cuántas personas no han tenido esto en sus vidas. ¿Esas personas que les pasa? Pues básicamente que llegan a no saber quiénes son, a no conocer sus propias preferencias, les anulan. Entonces, ¿cuál es la frase que puede tocar la campanilla para quienes tienen este esquema de la dominación? Es: “Nunca me salgo con la mía”. Es como una sensación de impotencia. Si tienes esta sensación de impotencia tus respuestas automáticas pueden ser: pasividad, es decir, tú intentas siempre contentar a los demás, te resignas, puede ser rebeldía, hay personas que se convierten en personas muy rebeldes, y casi agresivas para intentar afirmarse. Puedes evitar el compromiso con esta persona pues probablemente no me anulará, no me pedirá nada, no me exigirá nada, no me manipulará. Con lo cual no te comprometes, no te implicas, son formas distintas de responder a esta sensación de nunca me salgo con la mía.

Y básicamente ¿qué se podría aconsejar a las personas que tienen este esquema?

Claramente es decirles que aunque ellos consideren que son personas flexibles, que es fácil vivir con ellos claramente no están defendiendo sus opiniones y sus preferencias y sus necesidades ¿no?

Entonces necesitan enfrentarse al sentimiento de resentimiento que tienen con esto. Reconocer que tienen que ser asertivos con sus deseos, esto es muy importante.

4) Luego hablamos antes del esquema de la desconfianza, de niños que han sido víctima de abusos emocionales, sexuales, etc., este tipo de personas suele desarrollar el tipo de esquema de desconfianza. Y ¿qué frase define a estas personas? Pues, “ No puedo fiarme de la gente “. Eso es tremendo vivir así, vivir pensando “No puedo fiarme de nadie”. Claro cuando te engañan las personas cercanas, las que son tu orientación, las que han de conducirte los primeros años de la vida.

Claro has aprendido de una forma totalmente comprensible. Los esquemas se forman por razones “objetivas” ¿no? Y además en este caso te defiende probablemente de las personas que te atacaron ¿no? Hay historias tremendas para evitar que el padrastro abusara de las hijas mientras estas dormían, pues se acostaban todas juntas entre ellas para protegerse. Fíjate la angustia con que vive esta gente. Es muy difícil confiar en el mundo y pensar que la gente es buena después de esto. Claro entonces miras a todo el mundo con desconfianza, te retraes, tiendes a pensar que todo el mundo tiene segundas intenciones. Entonces también hay una estrategia que es pensar también que alguna persona es un ángel, un salvador. Eso también es tremendo, es decir, la gente no es ni ángel ni demonio, al cien por cien, no, no, generalmente.

Y también hay otras personas que entran en una cadena de relaciones abusivas, porque es lo familiar para ellos, es decir, han sabido que la gente abusó de ellos, saben que la gente puede abusar de ellos, y piensa en el fondo que todo el mundo va a abusar de ellos y lo aceptan de alguna manera.

Es tremendo lo que nos hacen esos esquemas. Básicamente como antídoto -digamos- de este esquema pues tener relaciones, entablar relaciones solamente cuando la otra persona realmente es digna de tu confianza, que tú por lo menos puedas relajarte un poco y creer en esa persona de una forma deliberada, no necesitas hacer ese esfuerzo objetivo.

Con los esquemas como son fuerzas inconscientes, lo que necesitamos hacer es realmente conscientemente ir contra ellos, parar un poco esa respuesta automática.

Estamos aquí rompiendo esquemas en este tiempo de emociones, yo los tengo ya absolutamente rotos pero es magnífico porque estamos hablando de ese esquema que se convierte en cárcel, del que hay que huir o, si no, no crecemos, no nos transformamos, y sobre todo herimos a los demás y repetimos el esquema, somos presa de un esquema, y no nos comunicamos, no convivimos, no estamos realmente en el mundo, exactamente.

5) Nos queda un esquema, el esquema de la “imperfección”. Ese esquema es interesante, lo tienen bastantes personas. Es el esquema en el que tienes la sensación de estar tarado, de no merecer nada, de no merecer amor. Y esto, por ejemplo, el niño cuyos padres se divorcian, el padre o la madre le abandonan piensa en el fondo que ha sido por culpa suya, esto ocurre a veces y va a crecer con la sensación de que es imperfecto. Y cuál va a ser su frase favorita? Va a ser: “No soy digno de amor”. Es triste vivir así también, y entonces claro, esto es vergonzante y humillante. ¿Qué pueden hacer las personas que tienen este esquema como respuestas automáticas? Pues generalmente o aceptan el veredicto y tienen una autoestima muy baja, o pretenden que eso no les importa o bien que de alguna forma son personas que buscan la adulación, que buscan asegurarse que los demás les quieren a pesar de todo. Tienen generalmente dos salidas.

El antídoto, yo creo que es enfrentarte a los pensamientos que te hacen dudar de ti mismo. Si en el fondo tú piensas: “no soy digno de amor” siéntate a pensar por qué piensas esto. Y luego sé más realista acerca de quién eres. No seas tan duro contigo mismo ¿no? Porque todos encerramos cosas muy especiales, claro tenemos también una parte oscura, tenemos una parte luminosa y la parte oscura. Pero esa parte luminosa no puedes vivir de espalda a ella, pretendiendo que no existe, por un mensaje que te dieron hace muchos años.

Esos son los cinco esquemas personales básicos, nos hacen como siempre reflexionar, ahondar, que nos hacen actuar, que nadie sea víctima, que no se quede en lo cómodo, fácil, en el adocenamiento, más que en la comodidad, fíjate, yo lo que me da cierta pena es cuando por falta de información porque este tipo de cosas si nos la contasen cuando somos pequeños o cuando somos incluso mayores, de una forma clara, podríamos ayudarnos.

Son herramientas para ayudarnos a no encerrarnos en los problemas que parece que arrastramos. Yo siempre recuerdo a las personas que son flexibles, tenemos un cerebro los humanos, plástico, podemos cambiar y sin embargo crecemos pensando que el cambio es imposible, y no es verdad. El cambio es posible pero hay que tener pues la comprensión mínima. Nos tienen que decir las cuatro cosas que nos ayudan a poner el dedo en la llaga para que no creamos que las cosas son así, que nadie las va a cambiar y sobre todo que nosotros mismos somos los que podemos y debemos cambiarlas cuando notamos que algo no funciona como tú nos invitas.

Yo diría que nosotros somos los únicos, es decir los demás te pueden dar alguna indicación, te pueden abrir una puerta, una ventana ¿no?, te pueden dar este destello, en el que dices: ah, sí, pues esto tiene un sentido para mí.

Pero esto yo siempre se lo digo a las personas, cuando me dicen es muy difícil el cambio, yo les digo es muy difícil estar en forma físicamente, pues requiere un mínimo esfuerzo y el cambio mental, emocional, es lo mismo, requiere una mínima gimnasia, pero los frutos valen la pena, yo animo a todo el mundo a que lo haga.

Con esta sencillez, esa sonrisa permanente en el rostro, esa facilidad que se percibe en la voz, hablando sonriendo la voz se expresa, sale y funciona por la emoción.

Como Mary Poppins que con una cucharada de azúcar hacía que la medicina pasara mejor, ella vivía a caballo entre el mundo real y el mundo imaginario, que eso es una imagen preciosa y es como funcionamos los seres humanos, estamos a caballo entre lo real y lo imaginario.

El sacrificio es algo que de alguna manera hacen las personas víctimas de esquemas, porque sacrifican su ser esencial, pues para protegerse frente al mundo, es una respuesta protectora, y eso es algo que los humanos tendemos a hacer muy fácilmente, sacrificar quiénes somos, nuestras necesidades de afecto, de lo que sea, con tal de sobrevivir.

Vamos a compartir un beso muy fuerte.

viernes, 29 de julio de 2011

diario 1.10.11

La guerra de los sexos es más una paz armada. Después de pensarlo bien, he llegado a la conclusión de que no hay guerra de los sexos. Y si la hay no es el amor el campo de batalla.

El amor que es lo más puro que hay en ti parece que engaña cuando se nos dice porque nos hace sentirnos débiles y necesitados; pero tienes que seguir luchando por ti. Es lo más bonito ver una persona noble entregada a ti, y por eso me emociona más, nunca me había pasado. Y ahora mismo parece que estuviera en el séptimo cielo. No te dé miedo en la distancia, yo necesito tambien mucha distancia para poder escribir, pero eso no me separa de ti sino al contrario, me une más. Tremendas palabras éstas porque un hombre entregado así es muy peligroso, es mejor tenerlo o poseerlo cuando es fuerte y decidido, aunque entonces tengamos la sensación de que no lo poseemos del todo. Pero tan entregado también es capaz un día de no querer mirarse a sí mismo, porque era una persona que venía de haber sido abandonada de otra relación, porque tal vez había dolor, alguna criatura, y entonces es posible que no podamos afrontar o tener capacidad de entender a esta persona que nos exige tanto, sobre todo para estar a esa altura de afrontar una realidad compleja a nivel de sentimientos.

A veces hemos querido realizar por la razón el delirio, otras veces también hemos tomado a nuestro cargo desengañar al hombre, pero por lo mismo lo que hemos hecho es imbuirle resignación, adormilarle en su desesperación. Siempre en verdad habrá este matiz, especialmente si se toman algunas de sus especies extremas, tal como la razón de la esperanza, o el sueño del despertar. Porque hay algo previo: el querer desnacer o el querer renacer. Hay razón o delirio del desnacer y del renacer. Y es que Razón y Delirio o Ensoñación no se distinguen del todo, por ser el uno depositario de su esperanza y la otra de su amargo despertar. En este caso Diotima pensó que estas palabras se las debía a María Zambrano, nuestra pensadora fiel al alma y al amor por encima del deseo.

diario 30.9.11

Reflexiono sobre la fragilidad de los sentimientos, no sobre el amor ya sino sobre el deseo. Y sobre cuanto tiempo le durará el engaño. ¿Será que el sexo siembra tambien dolor? Las heridas en el alma o en el corazón no cicatrizan nunca. El miedo a la muerte es el fruto enfermizo del sufrimiento. A medida que los dolores maduran y se agravan, alejándonos de la vida, nada nos aleja más de la muerte que su cercanía. Déjase, y abriendo las alas renovar el vuelo comenzado, y la sombra abandonada. Me duele hasta donde pienso, y el dolor es ya de pensar, huérfana de un sueño suspendido.

Es que el amor nace sólo para engañar si se pronuncia. Es el amante siempre: quien amaba es quien deja de amar.