miércoles, 3 de agosto de 2011

diario 3.10.11


Y nunca, nunca darse por vencida. Y lo que sucede es que la mujer que es emocionalmente dependiente o se ha acostumbrado a ser conquistada de esa manera, necesita todavía de esa conexión. Pero una vez conquistada está entregada y es la otra persona la que se sube por encima y exige una condición superior o empieza a juzgarnos, creyendo que puede obtener así satisfacción.

Y otras veces conoces ya a una persona y vuelves a caer en patrones, en casi siempre orgullos no reconocidos o resentimientos anteriores, y no termina de corregirse. Nuevamente no hay equilibrio en la relación, necesita uno imponerse sobre el otro; no hay clara propiedad nunca del suelo que se pisa o del territorio, siempre nos hacemos o seguimos haciéndonos daño, aunque sea inconscientemente. Lo mejor es separarse de estos patrones de conducta y buscar nuevos modelos que los hay. Casi siempre uno baja las defensas al empezar una relación y es normal sentirse vulnerable, pero después debe aprender a seguir sin resentimientos y sin sentir que le pisan el suelo o que tiene que estar justificándose. También son perversas las distancias que se ponen porque no viven en lo real dos personas que tienen miedo de acercarse, porque otras veces las distancias son necesarias y vienen a significar justo un equilibrio pero hay que saber trazarlas de forma que la relación siga existiendo con un significado.

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